Más allá de simplemente cambiar la forma en que se desarrolla el software, las metodologías ágiles están profundamente arraigadas en un cambio de mentalidad, o «mindset», que promueve la adaptabilidad, la colaboración y el aprendizaje continuo. Este cambio en la forma de pensar no solo beneficia a los equipos de desarrollo, sino que también tiene un impacto significativo en la experiencia del cliente.



Basados en el marco de trabajo ágil y a través de la aplicación de mejores prácticas de la industria, GeneXus Consulting desarrolló un conjunto de procesos y herramientas que se compilan en el GeneXus Consulting Development Framework, un marco de desarrollo que ha sido construido a lo largo de más de 30 años de experiencia en proyectos de transformación digital.



1. Entregas Incrementales y Feedback Continuo



Las metodologías ágiles, como Scrum y Kanban, se basan en la entrega incremental de funcionalidades. En lugar de esperar meses o incluso años para ver resultados tangibles, los clientes pueden disfrutar de versiones parciales del producto en períodos cortos de tiempo. Esto permite que los clientes proporcionen comentarios tempranos y continuos, lo que garantiza que el producto final cumpla con sus expectativas y necesidades en constante evolución. Todo proyecto ágil, comienza con la elaboración a alto nivel del Backlog, que consiste en una lista ordenada de todo el trabajo pendiente que representa las funcionalidades requeridas para el proyecto. A partir de este Backlog, se derivan las historias de usuario, unidades de trabajo o requerimientos específicos más refinados que son evaluados constantemente respecto a su aporte de valor a la solución final.



2. Flexibilidad para Adaptarse a los Cambios del Mercado



En un entorno empresarial dinámico, los requisitos y las prioridades pueden cambiar rápidamente. Las metodologías ágiles abrazan este cambio como una oportunidad para mejorar y evolucionar. Al priorizar la colaboración con el cliente y la entrega de valor constante, los equipos ágiles pueden adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado, asegurando que el producto final sea relevante y competitivo.



El proyecto de desarrollo se organiza en iteraciones o Sprints, con una duración típica de 2 a 4 semanas cada una. Durante cada Sprint, se completan los ciclos de análisis detallado, desarrollo, validación y ajustes para los elementos seleccionados del Backlog. Al inicio de cada iteración, se seleccionan y priorizan los requerimientos a ser incluidos en el Sprint, y se estiman con mayor precisión durante el transcurso del mismo.



3. Enfoque en el Valor y la Satisfacción del Cliente



El mindset ágil coloca al cliente en el centro de todo lo que hace. En lugar de simplemente cumplir con una lista de requisitos, los equipos ágiles se esfuerzan por comprender las necesidades y deseos reales de los clientes y priorizar el desarrollo de características que agreguen el máximo valor. Esta orientación hacia el cliente se traduce en productos que no solo cumplen con las expectativas, sino que también generan una mayor satisfacción y fidelidad del cliente. Al concluir cada iteración, se revisan los entregables resultantes y, si corresponde, se ponen en funcionamiento. Además, previo al inicio de cada iteración, se permite la introducción de cambios o ajustes que brindan una mayor flexibilidad al proyecto, lo que permite adaptarse al dinamismo requerido por el negocio y garantizar la alineación continua con los objetivos y requisitos del cliente.



4. Mayor Calidad y Reducción de Errores



Con prácticas como la integración continua, la automatización de pruebas y la revisión constante del código, las metodologías ágiles promueven una mayor calidad en el software desarrollado. Al identificar y corregir errores de manera temprana en el proceso de desarrollo, se reduce la probabilidad de que los clientes encuentren problemas una vez que el producto esté en producción.



5. Transparencia y Colaboración



Las metodologías ágiles fomentan la transparencia y la colaboración entre los equipos de desarrollo y los clientes. A través de reuniones regulares de planificación, demostraciones y retrospectivas, se establece una comunicación abierta y honesta que permite a los clientes estar involucrados en todo el proceso de desarrollo. Esta colaboración activa no solo construye relaciones más sólidas entre los equipos y los clientes, sino que también garantiza que el producto final satisfaga las necesidades reales del cliente. Este enfoque metodológico ágil permite una mayor transparencia, colaboración y adaptabilidad a lo largo del ciclo de vida del proyecto, lo que asegura la entrega de soluciones de alta calidad que satisfacen las necesidades del cliente de manera efectiva y eficiente.



Conclusión



En resumen, las metodologías ágiles no solo mejoran la eficiencia y la productividad en el desarrollo de software, sino que también tienen un impacto directo en la experiencia del cliente. Al ofrecer entregas incrementales, flexibilidad para adaptarse a los cambios del mercado, mayor calidad y transparencia en la colaboración, las metodologías ágiles aseguran que los clientes obtengan productos que no solo cumplan, sino que superen sus expectativas. En un mundo donde la experiencia del cliente es el diferenciador clave, abrazar lo ágil es el camino hacia el éxito.


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